Cómo afecta la falta de gravedad a largo plazo en el cuerpo humano

Muñeco de astronauta espacial

Tras estar casi un año recluido en la Estación Espacial Internacional, en 2016 el astronauta Scott Kelly volvía a la Tierra con un peculiar cambio en su cuerpo: había crecido 5 centímetros en el espacio. Un hecho insólito pero que realmente tiene poco de extraño y es completamente natural.

Pero, ¿qué ocurrió exactamente para que Kelly creciera 5 centímetros estando en gravedad 0? ¿Qué implicaciones tiene esto en los futuros viajes espaciales a largo plazo que queremos realizar, por ejemplo, para ir a Marte?

Scott Kelly
El astronauta Scott Kelly, de la NASA

La ingravidez en el cuerpo humano

La mayoría de astronautas suelen pasar su estancia en la Estación Espacial Internacional en períodos que van desde un par de meses hasta casi un año en el espacio. La ISS órbita alrededor de la Tierra cada 90 minutos a una velocidad de más de 28.000 kilómetros por hora. Debido a ello, los astronautas a bordo están en un estado constante de caída libre y ausencia de gravedad.

Algunos de los efectos secundarios cuando el cuerpo experimenta la ingravidez es, en palabras del ex-astronauta de la NASA Garrett Reisman, la sensación de estar enfermo durante los primeros días acompañado de náuseas y mareos. A este fenómeno se le conoce como el “síndrome de adaptación espacial” y esta sensación se debe a que el sistema vestibular, los órganos encargados de proveer información a nuestro cerebro sobre nuestra aceleración y rotación, no logran funcionar del todo bien al no sentir la gravedad.

Por otro lado nuestros huesos y músculos entran en un estado de descomposición y la densidad ósea baja entre un 1% y un 1,5% cada 30 días. Los músculos tampoco salen muy favorecidos por la falta de gravedad: debido al poco esfuerzo que es necesario para moverse en ingravidez los músculos pierden fuerza con bastante rapidez. Todos estos efectos no se diferencian mucho de lo que nos pasaría si no nos levantáramos nunca de la cama.

Para contrarrestrar en mayor o menor medida los efectos de la ingravidez sobre músculos y huesos los astronautas deben realizar ejercicio constante todos los días: con dos horas diarias de ejercicios de resistencia es posible detener los efectos de la pérdida ósea y la atrofia muscular.

Los astronautas necesitan pasar mucho tiempo haciendo ejercicio solo para evitar que sus músculos se desgasten
Los astronautas necesitan pasar mucho tiempo haciendo ejercicio solo para evitar que sus músculos se desgasten. Imagen: ESA / NASA

Aunque la cosa no acaba aquí: la falta de gravedad también engaña a los fluidos del cuerpo. Como la ingravidez tira constantemente de ellos hacía abajo, los fluidos se acumulaban en el cuerpo haciendo que, por ejemplo, la sangre de los pies suba hasta al pecho. Esto provoca que por ejemplo todos los astronautas sufran de hinchazón en toda la parte superior del cuerpo, llegando incluso hasta los ojos causando leves problemas de visión.

Otro aspecto en el que la falta de gravedad sale perjudicando al cuerpo es en el corazón: sin el peso de la gravedad es más fácil bombear sangre por todo el cuerpo pero a costa de reducir el tamaño del corazón con el paso del tiempo. Además, se pierden energías que pueden influir en nuestra capacidad aeróbica, haciendo que nos cansemos con mayor facilidad al realizar ejercicio.

Greg Chamitoff jugando al ajedrez en la Estación Espacial Internacional.
Greg Chamitoff en la Estación Espacial Internacional. Imagen: NASA

Aunque no todo son malas noticias y choques constantes hacía nuestro cuerpo: está demostrado que viajar al espacio nos hace más altos. Esto se debe a que en gravedad nuestra columna vertebral se comprime debido al peso de la misma, por lo tanto al entrar en contacto con un entorno sin gravedad nuestro cuerpo ya no sufre esa pesada carga facilitando que se pueda estirar la columna y ganando algunos centímetros de altura. Realmente, más que hacernos más alto nos ayuda a estar más rectos.

El reto más difícil: la radiación

De todos los problemas que presenta la falta de gravedad está el de la radiación a la que se exponen los astronautas. Por un lado se ha podido descubrir que la ingravidez debilita las células T las cuales nos ayudan a combatir las enfermedades. Por otro lado la exposición constante a la radiación cósmica no hace más que acrecentar el riesgo de contraer enfermedades graves como el cáncer.

Estación Espacial Internacional

Pese a que la Estación Espacial Internacional todavía cuenta con la protección del campo magnético de la Tierra y también la de su propio blindaje artificial, lo cierto es que los astronautas solo están protegidos de forma parcial contra las radiaciones más fuertes del Sistema Solar: un astronauta está expuesto a niveles de radiación 10 veces más altos que los que sufrimos en la Tierra.

Todo ello sumado al aislamiento, el estrés psicológico y unos ciclos de sueño extremadamente irregulares puede conllevar la aparición de enfermedades importantes a largo plazo. Vivir en la ISS no es algo fácil y sencillo, de hecho ya hablamos una vez de ello en nuestro artículo sobre cómo sobreviven los astronautas en la Estación Espacial Internacional.

Las implicaciones de un viaje hasta Marte

De viajar de la Tierra a Marte estaríamos hablando de un viaje mucho más serio todavía. Los astronautas tendrían que enfrentarse a niveles de radiación mucho más altos, campos gravitatorios que alterarían la gravedad de forma constante, y viaje que duraría hasta 6 meses. Todo ello no haría más que crecer exponencialmente todos los efectos negativos sobre el cuerpo explicados líneas atrás.

Aunque de todos los problemas mencionados el más grave sigue siendo el de la radiación y no solo por sus niveles altos: tampoco podemos saber a ciencia cierta los efectos de altas dosis de radiación en el cuerpo humano. Tanto la NASA como el resto de investigadores trabajan en ello para poder desarrollar equipos mucho más avanzados que puedan proteger la vida de los astronautas en su travesía hasta Marte.

Aún así el plan de viajar a Marte sigue en marcha y la NASA no cesa en su empeño de lograrlo, pero queda todavía un largo recorrido por delante y muchos problemas por resolver antes de poner al ser humano camino al planeta rojo. Lo evidente es que todos estos hándicap no se están ignorando y las agencias espaciales lo tienen en mente llevando a cabo innumerables investigaciones para combatir la radiación lo mejor posible.

Fuente: BusinessInsider
Imagen: Unsplash

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