¿Por qué el calor nos vuelve más lentos?

Puede que ya estés sintiendo como el calor empieza a asomar mientras que la pereza, el sudor, la incomodidad, y la torpeza se apoderan de tu cuerpo. Nos volvemos más lentos y menos productivos, ni fuerzas tenemos para maldecir este calor que hace.
¿Pero qué es lo que tienen las altas temperaturas que nos dejan sin fuerzas? Por curioso que parezca, la ciencia lo puede explicar.
El rendimiento académico
En un estudio realizado en 2018 por la Universidad de Harvard se ha llegado a la conclusión de que sus estudiantes tienen un peor rendimiento escolar cuando son víctimas del calor. La investigación señala que aquellas funciones cognitivas relacionadas con tareas académicas, como estudiar o realizar exámenes, se ven afectadas ante temperaturas de dos grados y medio de diferencia.
Basicamente, los estudiantes rendían peor cuando eran afectados por el calor.

El propósito del estudio se trata de comprender cómo asimilan sus estudiantes las olas de calor. De los resultados obtenidos, se concluyó que el calor les afecta reduciendo hasta un 10% su rendimiento escolar. Los investigadores señalaban un aumento del tiempo de reacción entre los dieciséis y los veinticuatro milisegundos por grado.
No se trata de la primera investigación de este tipo que se realiza. En 2002, la Escuela de Medicina de Harvard llegaba a la conclusión de que las temperaturas influye en nuestra capacidad cognitiva. La Universidad de Florida Central también ha realizado estudios con resultados similares.
En conclusión, la mayoría de los estudios realizados coinciden en que el calor afecta a la capacidad y velocidad a la hora de pensar.
Nuestro cerebro
A partir de los 40º C grados nuestro cerebro comienza a mermar, y a partir de 42º C las proteínas del cuerpo empiezan a descomponerse y corremos un grave riesgo. Nuestro cuerpo suele estar a una temperatura variable entre los 36 y 37º.
El estrés por calor puede producir problemas en nuestras células, un aumento en la citotoxicología o una respuesta inflamatoria, entre otras cosas.
La temperatura afecta a nustra fisiología celular, ya que modifica la manera en las proteínas interactúan. Según un estudio realizado por el departamento de medicina intensiva del Royal Surrey County Hospital (Reino Unido), las temperaturas por encima de los treinta y cinco grados pueden afectar de muchísimas maneras a nuestro cerebro.
Por ejemplo se pueden producir problemas en la señalización celular, que podría impedir que se activen ciertas reacciones metabólicas. También se podría provocar un aumento en la citotoxicología, fomentando la formación de sustancias que matan a las células. Y podrían surgir inflamaciones que desencadenaran reacciones adversas, como ataques autoinmunes. Todos estos efectos pueden alterar hasta el flujo de sangre que llega al cerebro.
Aunque no dejan de ser estudios, un cambio en flujo sanguíneo puede suponer una variación en la capacidad metabólica del cerebro, lo que explicaría la sensación de cansancio a la hora de pensar. Pero no deja de ser un estudio científico y su certeza no es exacta, siempre hay más factores que inciden en la causa, este podría ser uno más de ellos.
Lo que sí es evidente es que el calor vuelve más lento a los estudiantes. Así que si estás estudiando para examinarte en septiembre, no olvides refrescarte, encender el aire acondicionado y sacar un helado del congelador.
O no.

Este artículo ha sido publicado por un colaborador invitado.
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