Conociendo el cine de Akira Kurosawa

Arte visual de 'Los siete samuráis'
Publicado por: Adrián Ruiz

Akira Kurosawa, el gran reputado director japonés, era y es muy conocido por sus película de maratón. Su longitud, entre grandes historias y cientos de samuráis, era su gloria y acabó por ser también su perdición.

Pero nada de ello le impidió al japonés acumular más de 30 películas a sus espaldas, siendo uno de los tantos grandes directores que estrenaron película en el mejor año de la historia del cine.

Pero, ¿quién era Kurosawa, y de dónde vino su magnífico talento?

Estirpe de samuráis

A Kurosawa lo educaron en el seno de su familia con el convencimiento de que descendía de una larga estirpe legendaria de samuráis, pero también con una mentalidad abierta y aceptando de brazos abiertos la cultura occidental. Gracias a ello de niño tuvo acceso a innumerables películas de Hollywood, las cuales acabarían definiendo su pasión por el cine.

Akira Kurosawa a los tres años, a los 20 años y después de los 20
Akira Kurosawa a los tres años, a los 20 años y después de los 20

Tal era su devoción por el séptimo arte, que su primer trabajo fue como ayudante en Tōhō (Toho Studios), en plena carnicería de la Segunda Guerra Mundial. Fue ayudante de la leyenda del cine, Kajiro Yamamoto, en ni más ni menos que 17 de sus películas. Yamamoto fue un mentor para Kurosawa.

Kurosawa era muy bueno dibujando las exigencias del cine en aquellos años. Con la inminente derrota japonesa, los equipos de filmación y los elencos se vieron afectados por la escasez de toda clase de recursos, los cortes de energía y la inanición absoluta. Kurosawa coqueteó con las políticas de izquierda, pero su simpatía por los insultos y las heridas (era íntimo de las novelas rusas y de las películas basadas en obras de Dostoyevsky, Tolstoy y Gorki) eventualmente se convirtió en un tema menos político, algunos podrían incluso decir humanitario.

Un jóven Akira Kurosawa junto a su mentor, Kajirō Yamamoto
Un jóven Akira Kurosawa junto a su mentor, Kajirō Yamamoto

En cualquier caso, Kurosawa subió posiciones en Toho, alternando entre emocionantes epopeyas de samuráis como ‘La fortaleza escondida’ y ‘Trono de sangre’ (adaptación de ‘Macbeth’) y películas sobre temas contemporáneos, como ‘Ikiru’ y ‘El infierno del odio’. Atrajo la atención internacional por primera vez en 1951 con ‘Rashomon’, y aquello cimentó su reputación con sus películas más reconocidas; ‘Los siete samuráis’ y ‘Yojimbo’, que han sido con diferencia las películas más plagiadas del cine.

La historia de Toshirô Mifune

La historia de Mifune es menos familiar para el resto. Nacido y crecido en China, durante la guerra sirvió para Fuerza Aérea Imperial como fotógrafo aéreo e instructor militar.

Después de que fuese destituido se dejó seducir por la actuación. En 1947, uno de los amigos de Mifune trabajaba en el departamento de fotografía de Toho y sugirió a su compañero que trabajara con él, y le aceptaron. Por aquel entonces un gran número de actores se marcharon después de una gran huelga, y para salir al paso Toho realizó un concurso en busca de nuevos talentos; los amigos de Mifune presentaron una solicitud por él sin su conocimiento, y de 4000 solicitudes, fue seleccionado junto a otras 48 personas.

Toshirô Mifune
Toshirô Mifune

El mentor de Kurosawa, Kajirō Yamamoto, se encargo de revisar su prueba de casting, en la que Mifune debía expresar la rabia a partir de sus experiencias en tiempos de guerra. Al director le gustó y no dudó en recomendarlo. Yamamoto fue el descubridor de Mifune, y Kurosawa el hombre que catapultó al actor.

Pero Mifune era una persona humilde que no podía soportar ver sus propias actuaciones. Incluso cuando se hizo famoso y rico, evitó a toda costa el estrellato y prefirió seguir siendo él mismo; a veces se le veía barriendo la calle frente al estudio.

Realizó 16 películas con Kurosawa, convirtiéndose en algo más que el presentador del grupo de repertorio del director. Fue un estrecho colaborador y cercano amigo.

El declive del director

Kurosawa encadenó una serie de películas que, en la década de los años cincuenta, su mejor época, le convertirían en un nombre que perduraría para siempre en la historia del cine oriental.

El coste de sus películas era elevado, en ocasiones superando el presupuesto original. Por ello, Toho le sugirió fundar su propia compañía ayudando en la financiación, para reducir riesgos. A Kurosawa le gustó la idea, y en 1959 fundó Kurosawa Production Co.

Mientras tanto, en EEUU salía una readaptación de ‘Los siete samuráis’, bajo el nombre de ‘Los siete magníficos’, mismo nombre que tuvo la orinal en occidente. Su buena acogida captó el interés de Kurosawa por los westerns, lo que le inspiraría para realizar su western particular pero con un fuerte enfoque en el género samurái; ‘Yojimbo‘, su mayor debut en taquilla. Hasta el momento.

Toshirô Mifune en 'Yojimbo'
Toshirô Mifune en ‘Yojimbo’

Tal fue el éxito de ‘Yojimbo’ que Toho le presionó para que realizara una secuela. Finalmente Kurosawa cogió un antiguo guión previo a ‘Yojimbo’ y lo readaptó ajustándose a los acontecimientos de la película. De allí salió ‘Sanjuro’, que no tardó en batir nuevos récords en taquilla. A día de hoy, ambas películas son consideradas las mejores del director.

Ahora Kurosawa se encontraba coproduciendo sus propias películas, arriesgando su propio dinero, pero con su éxito en taquilla no era ningún problema. Hasta se trasladó a una nueva residencia mientras que sus hijos pequeños gozaban de una buena educación.

Aún así, no podía dejar de trabajar. Durante el rodaje de ‘Sanjuro’ ya había comenzado los preparativos para su próxima película, ‘El infierno del odio’, y tan pronto acabó la producción de ‘Sanjuro’ cambió inmediatamente su atención al próximo largometraje. Estrenada el 1 de marzo de 1963, ‘El infierno del odio’ rompió de nuevo la marca personal de Kurosawa, coronándose como la película más taquillera del año.

Disfrutando de su gran éxito y libertad creativa, Kurosawa se puso rápidamente a trabajar en su próxima y más grande, ambiciosa y exigente producción; ‘Barbarroja’. La película se basaba en una colección de cuentos de Shūgorō Yamamoto incorporando elementos de una novela de Fyodor Dostoyevsky. Se trata de una película de época bastante sentimental y con fuertes temas humanitarios, ambientada en una clínica rural de principios del siglo XIX. ‘Barbarroja’ fue el rodaje más largo que haya realizado nunca Kurosawa. Y el más satisfactorio para todos los que trabajaron en la película.

Toshirō Mifune en Barbarroja, la última gran producción de Kurosawa
Toshirō Mifune en Barbarroja, la última gran producción de Kurosawa

Tras su estreno fue otro éxito rotundo, mientras que en occidente la crítica estaba dividida. Pero en lo que sí coinciden la mayoría de críticos es que ‘Barbarroja’ marcó el final de una era para Kurosawa. El propio director reconoció en el estreno que un “ciclo había llegado a su fin” y sus próximas películas sería diferentes, en referencia a una serie de cambios que estaba experimentando el cine en aquél momento.

Sea como fuere, Kurosawa acertó y en sus próximas películas no gozaría de la misma libertad y éxito comercial que tuvo durante 15 años. ‘Barbarroja’ marcó un punto medio en su carrera, con más de veintitrés películas en veintidós años. Para contrastar, los siguientes veintiocho años solo tendría la oportunidad de hacer siete películas. Y por razones que nunca se explicaron, ‘Barbarroja’ también sería el último trabajo de Kurosawa con Toshirō Mifune, poniendo fin a una de las relaciones director-actor más famosas de la historia.

La estrella de cine Toshiro Mifune y el director Akira Kurosawa en el set de 'Los siete samuráis'
La estrella de cine Toshiro Mifune y el director Akira Kurosawa en el set de ‘Los siete samuráis’
¡Síguenos!

Si te ha gustado el artículo síguenos para no perderte nuestras publicaciones:

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Accesibilidad:
Modo oscuro
Tamaño fuente (Beta)
Restablecer
Más información