
‘Dune’ de Alejandro Jodorowsky: cuando antes de nacer Star Wars estuvo a punto de existir otra enorme epopeya espacial
Con Salvador Dalí, Orson Welles, Pink Floyd y Moebius.

Brontis Jodorowsky como Paul Atreides, Orson Welles en el papel del barón Vladimir Harkonnen, Salvador Dalí en el del Emperador, y Gloria Swanson como la Reverenda Madre Bene Gesserit. De fondo suena Pink Floyd, mientras que Jean “Moebius” Giraud daba forma y color al arte.
Así es cómo habría sido ‘Dune’ en los años 70 si Alejandro Jodorowsky hubiera podido cumplir su sueño: una adaptación de la novela de Frank Herbert, que podría haber durado hasta 20 horas, que se dice pronto.
Todos conocemos la nueva ‘Dune’ de Denis Villeneuve, y en mayor o menor medida también la versión de David Lynch de 1984. Pero mucho antes de que Lynch hiciera realidad la primera adaptación de la novela homónima estuvo a punto de verse otra completamente diferente. Y que podría haber sido el mayor referente de la fantasía espacial, antes incluso de que naciera ‘La guerra de las galaxias’.
Jodorowsky’s Dune
Fue en 2014 cuando se estrenó un especial que merece mucho cariño, ‘Jodorowsky’s Dune’, un vistazo completo a lo que pudo haber sido una de las películas de ciencia ficción más grande de todos los tiempos: Frank Herbet siendo adaptado por el artista y director de cine Alejandro Jodorowsky.

“Una película que te haga tener alucinaciones LSD, sin tomar LSD”. Así descubrimos que era la visión que tenía Jodorowsky en el documental dirigido por Frank Pavich, un proyecto que dejaba a cualquiera con la boca abierta al ver su amplío reparto de talentos: Moebius, H.R. Giger, Orson Welles, Dan O’Bannon, Pink Floyd, Salvador Dalí y Mick Jagger son solo algunos de los nombres que vemos.
En ‘Jodorowsky’s Dune’ nos adentramos en la mente del artista, cineasta y escritor, quien no vacila en reconocer que nunca antes había leído ‘Dune’ en su vida: “No he leído el libro, pero tengo un amigo que dice que es fantástico”, nos confiesa en el metraje de casi hora y media. Se trata de una pieza especial y única que reúne historias fascinantes, todas acompañadas de un Jodorowsky apasionado y lleno de entusiasmo.
El documental cuenta con los testimonios de no pocos, y grandes artistas que estuvieron involucrados en lo que se pretendió que fuera una película real. Aparte de algunos ya mencionados como Giger, Jodorowsky o su propio hijo, también figuran Michel Seydoux, Chris Foss, Richard Stanley, Devin Faraci, Drew McWeeny, Gary Kurtz, Nicolas Winding Refn, Diane O’Bannon, Christian Vander y Jean-Pierre Vignau.

Todos juntos se propusieron crear una pieza única, una experiencia visual fascinante e incluso religiosa, llena de imposibles para la época y de épica no vista todavía en las grandes. De haber sido una realidad, ‘Dune’ de Jodorowsky se habría adelantado (y por mucho) a la ‘Star Wars’ de George Lucas, franquicia que encontró gran parte de su inspiración en la novela original de Herbert.
Una película imposible
Ya lo sabemos, esta versión de ‘Dune’ nunca llegó a producirse. Pero el documental de Pavich nos descubre mediante fragmentos lo que pudo haber sido. Se dice, se cree, que el filme podría haber llegado a alcanzar una duración de 12 o 20 horas, y vemos también cómo gracias a este proyecto nacieron otros como los cómics de ‘El Incal’ o ‘La casta de los Metabarones’.
Pero además, tuvo tal impacto en la cultura y el género de la ciencia ficción que influyó en grandes películas de culto, como la mencionada ‘Star Wars’, ‘Alien’, ‘Contact’ e incluso ‘Indiana Jones’.
En el documental vemos a un Jodorowsky que habla por los codos y que no vacila en explicarnos “la versión buena” de todo, como si tratara de vendernos algo. Pero es precisamente esa pasión que habla la que nos permite conocer lo que pudo ser y no fue de un proyecto que, sin duda, tenía todas las intenciones de convertirse en una obra única.
“Sí, era esa época antes de ‘La guerra de las galaxias’ e inventé una película que yo quería que durara doce horas. Dijeron que estaba loco”, decía Jodorowsky en una entrevista del ABC, “En esa época las películas duraban una hora y media, dos horas, para que se pudiera dar varias veces en el día. Pero actualmente se hacen películas largas en trilogía. Son normales doce horas. Pero En Estados Unidos consideraron que era una locura. Y, además, era una gran película de ciencia ficción. No se lo imaginaban. Entonces es verdad, estaba loco”.
En la misma entrevista Rosa Belmonte no desaprovechó en preguntarle por la versión de David Lynch, a lo que el chileno no dudó en dedicarle unas palabras: “Más que de Lynch era de Dino de Laurentis. La película no es buena, pero Lynch es muy bueno. Cuando me dijeron que él la iba a hacer me enfermé. Y mis hijos me obligaron a ir al cine a verla. Poco a poco me fui alegrando porque la película era malísima. Fui feliz”.
Lo que iba a ser pero no fue
Igual que Lynch y Villeneuve, Jodorowsky cargaba con un peso bastante grande: llevar al cine una de las novelas de ciencia ficción más complejas y elaboradas, La novela salió de la mente de Frank Herbert, al que muchos consideran como “el padre de la ciencia ficción”, un título que también se le atribuye a Isaac Asimov y Philip K. Dick, pero que en otra ocasión discutiremos.

Fue en 1974 cuando Jodorowsky comenzó a trabajar en esta adaptación. Venía de rodar dos de las películas más consagradas de su carrera, ‘El Topo‘ y ‘La montaña sagrada‘, cuya última cinta mereció el título de rara avis por su particular concepto y visión deslumbrante. Con su siguiente proyecto, apuntaba a ser el más importante de todos.
En el papel del joven Atreides, a quien nosotros conocemos por Timothée Chalamet y Kyle MacLachlan, el director pretendía poner a su propio hijo Brontis. En contraparte Orson Welles se negaba en rotundo a salir en la película, pero acabó siendo convencido con una promesa de suculentas comidas todos los días, a cambio de interpretar a Vladimir Harkonnen. Mick Jagger, David Carradine y Salvador Dalí eran otros nombres de peso, con la música de Pink Floyd como protagonista.

Pero lo más destacable probablemente fueran dos nombres poco conocidos para el ciudadano de pie: H.R. Giger y Moebius. Giger por delante, es uno de los nombres más respetados dentro de Hollywood, con importantes trabajos diseñando escenarios y criaturas del cine, como en ‘Alien, el octavo pasajero’, por la que ganó un Óscar. Entró en la industria gracias a ‘Dune’, cuando Salvador Dalí se lo recomendó a Jodorowsky, en un momento en que ambos se encontraban Cadaqués, Girona.

En cuanto a Jean “Moebius” Giraud, es un artista francés que en la década de los 70 revolucionó la ciencia ficción con sus historietas y diseños. Para ‘Dune’ de Jodorowsky llegó a realizar bastante material original (básicamente, lo único tangible que tenemos), pero también estuvo involucrado en películas como ‘Alien’, ‘Tron’, ‘Willow’, ‘Abyss’, ‘El Imperio contraataca’ y ‘El quinto elemento’. Su estilo no pasa inadvertido, sirviendo también de inspiración para el cine y la ciencia ficción en general.

Volviendo al proyecto, Jodorowsky tal vez aspiraba demasiado con su concepto: “Para mí, ‘Dune’ iba a ser como la llegada de un dios. Quería hacer algo sagrado, libre, con una nueva perspectiva. Algo que expandiera la mente”, decía.
El proyecto llegó a ser una realidad a medias. Durante dos largos años tanto él como su equipo estuvieron trabajando en construir el basto universo de ‘Dune’: confecciones de trajes, un guion completo, más de 3.000 storyboards, etc. Había intenciones reales de llevarlo a la gran pantalla, pero la desconfianza de algunos y la ambición de otros acabaron por enterrarlo del todo.
Pero a través del documental de Pavich no solo descubrimos el arduo proceso por el que pasaron todos los creativos involucrados. Incluye, además, fragmentos animados por Syd Garon que nos revelan una sorpresa todavía mayor: sobre cómo los storyboards de ‘Dune’ se reflejan fácilmente en los mayores blockbusters de la ciencia ficción, dejando en evidencia la inspiración de una epopeya que nunca llegó a realizarse.
Y esa inspiración prestada nos dice lo evidente: ‘Dune’ de Jodorowsky podría haber sido como la llegada de un dios.
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