‘El infiltrado’: Lo mejor de Hugh Laurie desde que encarnara a Dr. House
Publicado por: Adrián Ruiz
Como una clásica novela de espías, villanos y agentes secretos, en 2016 Susane Bier nos dejó una de las mejores mini series británicas del momento con dos estrellas de portada: Hugh Laurie y Tom Hiddleston. De hecho no es casualidad el símil líneas atrás, pues estamos hablando de una adaptación de la novela de espionaje de John Le Carré, ‘El infiltrado‘.
Y aunque Laurie logra acaparar toda la atención en esta adaptación igualmente estamos ante una inigualable producción que saca a relucir todo lo bueno de las producciones británicas.
Se trata, sin duda, de una serie especial y capaz de enganchar a cualquiera.
Un filántropo vendedor de armas
En las primeras instancias de ‘El infiltrado’ conoceremos al magnate y filántropo Richard Ropper, querido por muchos y aclamado por la opinión popular. En su piel Hugh Laurie da vida a tal excéntrica figura mediática. Justo después se nos presentará nuestro protagonista principal, Jonathan Pine, un ex soldado británico y gerente de hotel que decidirá infiltrarse entre las filas de Ropper para desenmascarar toda una red de tráfico de armas, corrupción política y abusos de poder.

Contada en seis episodios (con un piloto más introductorio que narrativo) la historia explora como un juego de ajedrez las jugadas de nuestros personajes para lograr sus distintos propósitos. Pine no estará solo en su odisea: Olivia Colman da vida a su ángel de la guardia personal en el papel de Angela Burr, una agente de inteligencia que luchará contra la élite británica desde la instrucción política y la inteligencia nacional.
‘El infiltrado’ destaca por muchos aspectos y uno de los más destacables es su excelente acabado de producción, la serie nos transporta a los mundos de lujo y derrochamiento de la vida de un ricachón como es Ropper trasladándonos a lugares como Mallorca, El Cairo o los Alpes suizos. La presencia de España tampoco es anecdótica: Antonio de la Torre se deja en más de una ocasión ver dando vida a un abogado español y demostrando su buen talento como actor internacional.

Y a decir verdad el reparto, aunque repleto de caras poco conocidas, es excelente. Entre sus mejores secundarios nos encontramos a una hipnótica Elizabeth Debicki encarnando el papel de la carismática, energética y encantadora mujer de Ropper, pero con un trasfondo trágico y lleno de cristales rotos. Tom Hollander y David Harewood son otros actores que se dejan ver frecuentemente y que sin duda a más de uno gustará. Por último tenemos a Alistair Petrie, Tobias Menzies, Douglas Hodge, Natasha Little y Jonathan Aris en papeles recurrentemente menores.
La perfección entre dos actores
El punto más fuerte de toda la serie sin duda es la excelente dinámica entre los personajes de Hiddleston y Laurie, un baile de titanes con una química perfecta no solo entre dos personajes escritos a la perfección sino también entre dos actores incuestionables. La excentricidad y el humor que aporta Laurie viene compensada con el manso y la tranquilidad que transmite la presencia de Hiddleston dando lugar a una relación que por momentos roza el bromance y que logra encantarnos pese al contexto de tragedia inminente que se acontece.
En otro orden de cosas, el contexto que trasciende a la historia pone en relieve una realidad lejos de ser mera ficción. La serie expone con crudeza y con una de las escenas más impactantes que se hayan visto (y sin necesidad de recurrir a la mutilación sangrienta) las implicaciones que tiene el tráfico de armas: lo que no nos cuentan en los medios contado y mostrado sin tapujos. ‘El infiltrado’ sirve de escenario suficiente para ver con otros ojos como suceden las guerras en países de oriente, los intereses políticos de occidente, y la implicación humanitaria que conlleva.

El único aspecto puntilloso que podemos encontrarle a esta producción tal vez está en su episodio piloto: una introducción llamada a servir como puesta en escena para presentarnos personajes principales, colocarlos en su lugar, y dar contexto a la motivación de Pine para enfrentar a Ropper. El problema del piloto está en que quiere abarcar mucho en muy poco tiempo, sentando los cimientos de la historia de Pine de manera abrupta y poco creíble.
Pero una vez encauzamos el segundo episodio no hace más que ponerse cada vez más interesante.
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