Reseña de ‘Vida privada’, con Paul Giamatti y Kathryn Hahn: una joya oculta en Netflix que nos habla de la fertilidad a los 40
Publicado por: Adrián Ruiz
A veces podemos desear algo con tanta desesperación que somos capaces de perseguirlo durante años. Y esa búsqueda nos absorbe por completo.
Eso es exactamente lo que ocurre en ‘Vida privada’, película protagonizada por Kathryn Hahn (‘Bruja Escarlata‘) y Paul Giamatti (‘Billions‘), producida, además, por una compañía a la que no se le suelen asociar grandes estrenos: sí, hablamos de Netflix.
Y claro, han tenido que pasar varios años para descubrir este filme, pues es una de las tantas joyas ocultas que la plataforma tiene en su catálogo, una película que baila entre el drama y la comedia, para contarnos una historia que baila entre lo real y lo humano.
La dificultad de tener hijos
Rachel es escritora, tiene 41 años y vive en la ciudad de Nueva York, junto a su marido Richard que tiene 47. Ella ya no es tan fértil como lo fue algún día, él solo tiene un testículo y parece estar bloqueado a causa del estrés. Una situación acuciante pero que en realidad es más habitual de lo que parece en muchas parejas, ‘Vida oculta’ nos cuenta la historia de un matrimonio que hace cuanto puede por tener hijos: desde la adopción hasta la fecundación in vitro, pasando a pedir favores incómodos a personas muy cercanas.

Desde el principio de la película es palpable la obsesión de los protagonistas, una obsesión que los distrae del mundo real, condicionando sus vidas, al parecer, durante años. Él alguna vez fue un entusiasta y aclamado actor (y empresario) de teatro, ahora se gana la vida dirigiendo un pequeño negocio de pepinillos, mientras que ella lleva tiempo intentando terminar su nueva novela, pero le cuesta concentrarse con todo el drama que tiene encima.
Saben muy bien que las posibilidades son remotas, pero siguen luchando y lo han probado todo, procedimientos, tratamientos, incluso han llegado a tantear la adopción y la subrogación. Nada los hace rendirse.
‘Vida privada’ no es solo un drama marital con toques de comedia por momentos: es también una especie de estudio médico. La película arranca con Rachel y Richard en lo que parece una clínica privada, sometiéndose a pruebas y poniendo en el foco esa frialdad, casi inhóspita, de lo que es someterse a tratamientos de fertilidad, y sobre todo el enorme coste y sacrificio que supone, especialmente en lo económico.
Más sorprendente nos parecen los profesionales sanitarios, como el doctor Dordick (Denis O’Hare), que no duda en hablar con una franqueza que nadie querría escuchar.

En segundo lugar tenemos a otro matrimonio del hermano de Richard, Charlie (John Carroll Lynch), y su esposa Cynthia (Molly Shannon). Cynthia tiene una hija que tuvo antes de conocer a Charlie, Sadie (Kalyi Carter), que irónicamente es la más cercana de la familia a Richard y Rachel, pese a no estar emparentados de sangre. De hecho Sadie siente una profunda admiración por nuestros protagonistas, lo que le llevará a tomar la decisión más importante de su vida.
Por momentos ‘Vida oculta’ va cambiando de tono, pasando del asfixiante drama de la fertilidad a situaciones más comedidas y divertidas, con momentos puntuales de ternura para el espectador. Al principio sentimos que todavía hemos de ubicarnos un poco en toda esta historia, pero a medida que avanza y tan pronto como los caminos de Sadie, Rachel y Richard se cruzan, todo coge un matiz más interesante y entretenido.
Hay giros en la historia, algunos predecibles, otros inesperados, y un enorme énfasis en lo visual, con un lenguaje no verbal capaz de transmitirnos mucho con un simple gesto con el que es fácil empatizar o identificarnos. Y no es para menos, tras el guión y la dirección tenemos a Tamara Jenkins (‘La familia Savages’), y todo viene potenciado gracias a las magnánimas actuaciones de nuestros tres protagonistas.

Precisamente nos sorprende la maravillosa química que desprenden Hahn y Giamatti. Ella es energética, compulsiva, susceptible, él por lo contrario es calmado, muy serio y poco locuaz. Kalyi Carter también nos deslumbra interpretando a una dócil, curiosa e inquieta adolescente, pero con una madurez que hasta nos choca. Sin duda Jenkins ha escrito un trío de personalidades que, combinadas, roza una perfección casi precisa.
Se trata de la primera película de Jenkints después de 11 años, escribió el guión tras someterse a un tratamiento de fertilidad, de ahí que la película cuente con tanto detalle, reconocible fácilmente para cualquiera que haya pasado por el mismo proceso.
Hay muchas verdades incómodas sobre la ética de la industria de la fertilidad, una ética que atrae a personas desesperadas bajo la promesa de encontrar al bebé de sus sueños. Y es que ‘Vida oculta’ nos habla del confuso mensaje que reciben las mujeres sobre cuando concebir: espera a terminar tu carrera, eres tan estéril como las concubinas en ‘El cuento de la criada’ al llegar a los 30.
- Disponible en Netflix
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