Análisis de ‘Horizon Zero Dawn’: nos ponemos en la piel de Aloy para embarcarnos en una fascinante aventura
Publicado por: Adrián Ruiz
‘Horizon Zero Darn’ está ambientado en un futuro post-apocalíptico, pero de una ambientación diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Los grises y marrones tan típicos de las representaciones ficticias del fin del mundo han sido reemplazados por verdes vibrantes de una naturaleza muy viva, picos nevados y bosques impresionantes que se extienden hasta el horizonte. Por todos estos parajes abundan bestias mecánicas de todos los tamaños, deambulando por las tierras.
Con esta base, Guerrilla creó un hermoso mundo abierto lleno de vida, tanto mecánica como humana, y repleto de miles de cosas por hacer.
La historia de Horizon Zero Dawn
Nada más comenzar el juego ya deja vislumbrar una historia interesante y que estará llena de muchas aventuras. El comienzo sorprende, aunque fácilmente puede hacer que te sientas sobrecargado tanto de detalles como de información. Tardaremos un poco en acostumbrarnos a lo que se cierne.
En ‘Horizon Zero Dawn’ conoceremos a Aloy, nuestra protagonista; una niña nacida sin madre y por ello marginada de su tribu, los Nora. Esta tribu habita en unas tierras orientales y cerradas a cal y canto tanto para forasteros como para los propios Nora. Sus tierras se conocen como El Abrazo.

Como tribu devota y de creencias firmes que son, cualquier ocurrencia fuera de lugar puede provocar el destierro, la vergüenza, convertirte en un paria. Y entre esas creencias se encuentra el rechazo a toda tecnología, de la cual no comprenden nada.
‘Horizon Zero Dawn’ es un juego de autoconocimiento y exploración en grandes dosis de acción. Deberemos desentrañar tanto el origen de Aloy como el de esas bestias metálicas que nadie sabe por qué están ahí.
La mecánica del juego
Guerrilla Games sin duda ha hecho un trabajo magistral a la hora de diseñar el sistema de combate de Aloy. Combina armas familiares como el arco y la lanza con nuevas ideas que permiten adoptar otros enfoques para la lucha en un mundo abierto.
Tenemos tanto combate cuerpo a cuerpo como a distancia, y ambos se sienten increíblemente naturales. Asimismo, el juego cuenta con una variedad de armas que dan lugar a muchas posibilidades de combate en función del entorno, la distancia y el enemigo al que nos enfrentemos.
Llama la atención también que se deja ver cierta inspiración en la saga ‘Metal Gear’ de Kojima; el juego cuenta con mecánicas de sigilo y la posibilidad de eliminar enemigos en silencio, sin alertar al resto.

Pero la herramienta más importante del juego, sin embargo, se encuentra en el oído de Aloy y no en sus manos. Estoy hablando del Foco, un dispositivo que actúa como escáner permitiendo leer datos, coleccionables, rastros, e incluso enemigos. Esto aporta una interesante incentivo a la hora de diseñar estrategias contra enemigos. Otro elemento que recuerda bastante a ‘Metal Gear’.

Aunque no todo son palabras bonitas cuando hablamos del inventario. Pese a tener diferentes tipos de armas, armaduras, ítems y otra clase de objetos, el juego también cuenta con un sistema de fabricación para mejorar algunos elementos, como armas y armaduras. El problema viene cuando este sistema de mejora no es, digamos, muy esclarecedor, y su gestión puede llegar a ser confusa.
También está el hecho de que el juego cuenta con tal cantidad de objetos, que llega un punto que nos damos cuenta de que muchos son innecesarios e inútiles, alimentando un diógenes que lo único que provocará es que tengamos un inventario lleno.
Tribus y tecnología
El juego comienza de una manera fantástica; te introduce a una ambientación de tribus y sociedades arcaicas que sobreviven en un mundo post-apocalíptico y que se ve amenazado por una clase de tecnologías avanzadas que nadie conoce. En definitiva mezcla ciertos géneros con ciencia ficción de manera brillante.

El problema viene cuando esta historia avanza, con una narrativa si no pobre, carente de personalidad, plana y muy pesada. El juego cuenta con muy pocas escenas y la gran mayoría de diálogos se dan de manera superficial y casi robótica, carente de emoción.
Por otro lado la historia va pasando de ser brillante a luz tenue, empañada por unos elementos de dudosa credibilidad científica y un argumento demasiado simplista, mal contado, y por momentos excesivamente idílico.
Eso no quita que ‘Horizon Zero Dawn’ puede dar para cientos de horas, con un mundo muy amplio, gran cantidad de misiones tanto principales como secundarias, un sistema de combate feroz, y unos escenarios que harán relucir lo mejores colores del HDR de tu televisor.

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