El día que Microsoft intentó comprar Nintendo y SEGA

Han sido muchas las especulaciones estas últimas semanas de que Microsoft podría comprar SEGA tras su enorme golpe en la mesa adquiriendo ZeniMax, propietaria de ni más ni menos que Bethesda. Se sabe por un rumor de 2018 que el gigante con sede en Redmon tiene cartera y presupuesto para mínimo tres compras grandes a ejecutar en 5 años. Una de ellas ha sido ZeniMax y la otra GitHub, mientras que Red Hat se les escapó de las manos en un pulso con IBM.
Ahora, a falta de saber cual podría ser la supuesta tercera gran compra de Microsoft los rumores apuntaban a SEGA más que nada por una serie de indirectas y pequeñas bromas por parte de ambas compañías en sus redes sociales, pero aparte de ello, nada más parece indicar que Microsoft estuviera adquiriendo la compañía del erizo azul.
En el pasado ya hubo rumores similares de que Microsoft y Nintendo se fusionarían a raíz de la buena relación entre ambas, primero por el cross-play entre Xbox One y Switch con algunos juegos como Minecraft, luego por la presencia de algunos exclusivos de Microsoft en la consola de Nintendo, como ‘New Super Lucky’s Tale‘, ‘Hellblade‘ y ‘Ori’.
Todos estos rumores no dejan de ser rumores y sin confirmación ni razones de peso. Pero tampoco son rumores del todo desencaminados salvo en el momento y el lugar, pues sí es cierto que Microsoft ya intentó en el pasado adquirir Nintendo y SEGA. y nosotros te contamos su historia.
Nintendo y los 25 mil millones de dólares
Desvelado en un libro sobre la Xbox original que se publicó a inicios del 2002, ‘Opening the Xbox‘, entre sus páginas se cuenta un pequeño capítulo de la historia de Microsoft y Nintendo que se dio tres años atrás y del que nadie sabía todavía nada.

Por aquel entonces, en 1999, Minoru Arakawa era el presidente en funciones de Nintendo of America y a mediados de aquel año recibió una llamada desde Microsoft. En ella, la compañía quería negociar una adquisición del gigante nipón por la suma de 25.000 millones de dólares (27.725 millones de euros). Arakawa en un comienzo pensó que se trataría de algún tipo de broma, pero la insistencia de Microsoft le alertó de que iban en serio y remitió las negociaciones a la sede principal, en Japón.
Según recoge el libro, en otoño de 1999 se celebraron algunas reuniones con siete u ocho ejecutivos de Nintendo interesados en la oferta. El acuerdo de Microsoft implicaba que Nintendo dejase de fabricar sus propias consolas y en su lugar desarrollaría juegos para Xbox, y además, abandonarían el desarrollo del proyecto Dolphin (GameCube).
Pese al interés de algunos ejecutivos al final fue el mismísimo Hiroshi Yamauchi, presidente de Nintendo, quien intervino en las negociaciones declinando la oferta, y tan pronto como saliera a luz GameCube aquella puerta dejó de estar abierta.
SEGA para competir con Sony
Revelado en 2013 en una entrevista concedida en IGN por Joachim Kempin, ex-empleado de Microsoft, antes de que Microsoft lanzara su primera Xbox la compañía estuvo planeando una posible adquisición de SEGA para facilitar la entrada de Microsoft al mundo de los videojuegos y plantarle cara a Sony. El motivo, las enormes pérdidas que implicaban la fabricación de hardware propio y la necesidad de tener juegos exclusivos.
“En aquel momento habían tres compañías, Sony, SEGA y Nintendo. Siempre se hablaba de que quizás compráramos SEGA, pero aquello nunca se materializó. En realidad pudimos licenciarles lo que se conoce como Windows CE, el hermano menor de Windows, para que se ejecutara en su sistema y lo convirtieran en su plataforma.”
Joachim Kempin, IGN
Pero para Bill Gates aquello no era suficiente, no creía que SEGA tuviera “suficiente musculo” para detener a Sony, así que paró las negociaciones y se centraron en el desarrollo de Xbox.

Y en cierta manera Gates acertaría. Según palabras de Kempin SEGA era “un pájaro muy diferente” y los principales eran Sony y Nintendo; Nintendo por un lado tenía problemas financieros en aquella época, y tras el lanzamiento de PlayStation todas las demás se quedaron atrás de un golpe.
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