La historia de CD Projekt: sobre cómo una compañía pasó de vender juegos piratas, a crear ‘The Witcher’ y ‘Cyberpunk 2077’

A todos el mundo le sonará de algo el nombre de CD Projekt RED, y desgraciadamente no por ser los responsables del éxito de ‘The Witcher’, sino por ser los responsables del fiasco de ‘Cyberpunk 2077’. Independientemente del desastroso lanzamiento que tuvo el que probablemente haya sido el juego más esperado de la historia, lo cierto es que ‘Cyberpunk 2077’ es un juego a la altura de la última entrega del brujo.
Pero eso no ha impedido que la empresa matriz, CD Projekt, acabe de pasar por uno de los peores momentos de su historia: una caída en picado de sus acciones en bolsa, inversores descontentos con todo lo ocurrido, devoluciones del juego a mansalva, y, por si fuera poco, un ciberataque con un robo masivo de datos supuestamente vendidos en una subasta de la deep web por 7 millones de dólares.
En definitiva, CD Projekt ha empezado el 2021 con muy mal pie. Pero repasando su historia y su trayectoria lo cierto es que podemos ver en la compañía uno de los mejores ejemplos de evolución tecnológica y superación, una trayectoria que sugiere que, para ellos, estos últimos traspiés no son nada.
Los inicios de Marcin Iwiński y Michal Kiciński
Todo comenzó a principios de los años 90. La sombra de la Rusia soviética y el socialismo se cernía sobre Polonia y la gente no tenía demasiados recursos para caprichos: nadie podía comprar esos ordenadores que sí podían permitirse el resto de los occidentales. Aunque no fue el caso de Marcin Iwiński gracias a su padre, que se ganaba la vida produciendo documentales cinematográficos y viaja por el mundo. Gracias a esto, Iwiński pudo tener una Sinclair ZX Spectrum desde buen comienzo.
Pero la falta de juegos sí era un problema, y no había tiendas que los vendieran. Por aquella época la piratería era algo muy frecuente en Polonia, lo que llevó a Iwiński a dedicarse al negocio de la piratería realizando copias de videojuegos e importando otras copias desde el extranjero. En una entrevista concedida a Eurogamer reconoce que no era una práctica del todo legal, pero al no haber alternativa, se hacía la vista gorda.

Y entonces ocurrieron dos cosas que determinarían su futuro. Por un lado no consiguió aprobar el curso de informática que estaba realizando, lo que le llevó a hacer una carrera de física y matemáticas donde conoció a Michal Kiciński, futuro socio y que por aquella época también se ganaba la vida vendiendo juegos de Atari. Por otro lado nació el CD-ROM, cambiando radicalmente la manera en la que se compartían y se creaban videojuegos.
Juntos, Marcin Iwiński y Michal Kiciński iniciaron un negocio de importación de juegos desde Norteamérica, básicamente una tienda de barrio. Pero una tienda de barrio que ninguno de los dos imaginaba que acabaría por convertirse en el mayor distribuidor de Polonia.
El nacimiento de CD Projekt
Fue en la primavera de 1994 cuando ambos socios fundaron CD Projekt (“tseh-duh proiy-ekt”, roll the r), con un joven Iwiński que apenas tenía 20 años. Los únicos recursos con los que disponían eran un ordenador, 2.000 dólares y la habitación del piso de un amigo, que se la alquilaba gratuitamente para usar como oficina. De tantas escaleras que había en el edificio la gente que iba a sus reuniones llegaba siempre jadeando.

Irónicamente, fue la piratería lo que les permitió fundar su nuevo negocio, y esa misma piratería era también el principal competidor que tenían. Cuando la gente le preguntaba a Iwiński por sus raíces en el mundo de la piratería él siempre les recordaba que la mayoría de CEOs, fundadores y accionistas de las empresas tecnológicas de Polonia provenían del mismo sitio: no había otro lugar de donde venir para los que se dedicaban al sector tecnológico.
Para hacer frente a una piratería cada vez más feroz, que en apenas 48 horas ya tenía circulando cualquier juego nuevo y que se vendían por apenas 3 euros, CD Projekt se planteó una duda: ¿y si pudieran convencer a la gente de que compraran copias legítimas? Y lo hicieron, con la apuesta más arriesgada que podían permitirse: localizaron ‘Baldur’s Gate’.
Sabían que el juego sería popular en Polonia y que nadie más se estaba encargando de localizarlo al ruso, así que tomaron la decisión de traducirlo al ruso y polaco, algo bastante inédito en aquella época. Además contrataron actores locales, aparte de una inversión inicial equivalente a unos 30.000 euros para obtener la licencia de 3.000 copias del juego.
Fue una jugada, en parte beneficiada por el hecho de que ‘Baldur’s Gate’ venía en cinco discos, algo que dificultaba su piratería. Por si fuera poco el juego costaba el equivalente a 30 euros pero CD Projekt cobraba 15 en su lugar. La clave estaba en el valor añadido que había en el interior de la caja: un mapa, un libro de reglas de ‘Dragones y Mazmorras’ y un CD de música. Si un pirata quería vender el juego en cinco discos tenía que cobrar 15 euros por el conjunto, exactamente lo mismo que costaba una copia legítima con todo su contenido adicional.

En apenas tres meses los pedidos superaron todas las expectativas, pasando de 5.000 unidades a 6.000, que se convirtieron en 7.000, que luego subieron hasta 8.000… En toda Polonia no había ni una sola cadena minorista que trabajara con videojuegos en aquel momento, por lo cual la mayoría de pedidos que recibían provenían de mayoristas, tiendas locales y mercados sobre tecnología. Tal fue el crecimiento, que tuvieron que alquilar un almacén externo para trabajar con tantas copias de juegos.
Y acertaron. Fue un éxito que le abrió las puertas a la compañía, el negocio estaba auge y aprendieron algo muy importante: el poder del valor añadido, algo que hemos visto reflejado en todos sus juegos.
CD Projekt RED y ‘The Witcher’
El siguiente para la compañía parecía bastante lógico, editaron un juego que les supuso un éxito sin precedentes, así que lo siguiente tenía que ser algo más grande: producir sus propios videojuegos. Y así fue como nació CD Projekt RED, el estudio principal de videojuegos de CD Projekt.
Iwiński quiso desde siempre tener su propio videojuego, y de más joven lo intentó en los tiempos de Amiga. Pero descubrió, en palabras suyas y entre risas, ser “un programador de mierda”. Pero la idea de tener un juego propio nunca la abandonó y estuvo siempre presente.
Para lo que sería su primer proyecto acudieron a uno de los mayores éxitos literarios de su país; ‘Wiedźmin’, de Andrzej Sapkowski. Por supuesto hablamos de lo que en el resto del mundo conocemos como ‘The Witcher’. Sapkowski no era una persona, que se dijera, aficionada a los videojuegos, pero en el mundo literario se le conocía (y se le conoce) como el Tolkien polaco.

Aunque Iwiński no tenía ninguna esperanza de que Sapkowski estuviera dispuesto a firmar por ceder los derechos de su obra literaria, derechos que por entonces estaban en manos de otra compañía de videojuegos para móviles que no estaba desarrollando nada. Iwiński llamó a Sapkowski preguntándole si se estaba desarrollando o no un videojuego, y Sapkowski, que no parecía saber nada, simplemente le dijo que lo averiguase.
Le dijeron que el juego para móviles no se estaba realizando y Sapkowski les pidió una oferta, que originalmente fue un porcentaje de las ganancias obtenidas. Aunque Sapkowski declinó dicha oferta al no creer que fuera a tener éxito y pidió una cantidad al contado, que fueron tan solo dos pagos, de 15.000 y 20.000 Zloty polacos, unos 9.200 euros.
Y llegado el momento ya era hora de dar forma al estudio. Antes de crear CD Projekt RED contrataron a Sebastian Zieliński, uno de los mejores desarrolladores de Polonia, y el equipo de Zieliński pasó a ser CDPR, con su sede principal en Lodz, al sur de Varsovia. Pero tras un año de desarrollo tenían lista la primera demo de ‘The Witcher’ y esta no logró cuajar entre los distribuidores, provocando la marcha Zieliński. Marcin y Michal lo recogieron todo para mudarse a Varsovia.
Aunque las cosas no tardarían en mejorar para el estudio, Kiciński se hizo cargo del desarrollo y BioWare les ayudó con un motor, Aurora, además de ofrecerles un stand en el E3 si la siguiente demostración del luego conseguía ser buena. Y así lo fue, el desarrolló mejoró y en el lanzamiento se vio beneficiado por el éxito de otros dos juegos que salieron al mismo tiempo, ‘Jade Empire’ y ‘Dragon Age’.

En cuanto al estudio, este empezó con tan solo 15 personas a su cargo y acabó involucrando a más de 100 personas a lo largo de cinco años. Y esa fue la parte más difícil: Polonia no tenía desarrolladores de mucho nivel y CD Projekt carecía de reconocimiento internacional para atraer gente de fuera. En su lugar buscaron personas entre apasionados de los videojuegos y gente que buscaba cosas nuevas, igual que Marcin Iwiński y Michal Kiciński en sus inicios. Y fue muy difícil para ellos, durante año y medio, recuerda el artista principal de personajes Paweł Mielniczuk, “estuvimos trabajando 12 horas diarias, todos los fines de semana”.
‘The Witcher’ costó la friolera de 20 millones de Zloty polacos, unos 15 millones de euros, y para su distribución llegaron a un acuerdo con Atari. Salió en otoño de 2007 y rápidamente se convirtió en un éxito de superventas, lo que les permitió trabajar en su secuela, hasta llegar al que sería el auténtico bombazo del estudio, ‘The Witcher 3: Wild Hunt’.
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