La revolución de Super Mario 64 y cómo redefinió la industria del videojuego

Super Mario Bros. es un clásico y un pilar importante en el éxito de Famicom y el dominio de Nintendo en Japón. El icónico fontanero comenzó sus andaduras en ‘Donkey Kong’ bajo el seudónimo de “Jump Man”, pero no fue hasta tener su propio juego que empezaría a convertirse en una figura popular. Hasta el día que pasaría a ser el máximo representante de Nintendo: Mario es la imagen de la propia compañía.
En su trayectoria dejó varios títulos 2D a cada cual mejor que el anterior, y cada uno de ellos supuso un hueco importante en la infancia de muchos de nosotros. Pero Super Mario es mucho más que un bonito recuerdo, y con la llegada de Nintendo 64 y el salto al 3D las cosas empezaron a cambiar como nunca antes se había visto: ‘Super Mario 64’ puso la industria patas arriba y revolucionó los videojuegos para siempre.
Y la clave de su éxito fue precisamente hacer lo opuesto a lo que hacían los demás.
Reinterpretando el 3D
A mediados de los 90 ya se dejaban ver los primeros juegos con capacidad de mover escenarios poligonales pero a costa de empobrecer la experiencia de juego. Por entonces lo habitual era el uso de cámaras fijas, escenarios pre-renderizados mediante uso de muchas imágenes, y una limitación excesiva en las acciones que podían realizarse, así como de la libertad de movimiento.
Hubo un juego en particular que logró acercarse a los propósitos de lo que debían ser los juegos tridimensionales, ‘Bubsy 3D‘, desarrollado por Eidetic para PlayStation. El juego en cuestión era un cúmulo de errores y fallos por doquier, con una enorme limitación de elementos que podían mostrarse en pantalla y una experiencia de juego realmente frustrante.
Con ‘Super Mario 64’ Shigeru Miyamoto quiso romper con todo aquello reinterpretando el uso de escenarios 3D y dándole un enfoque más natural a cómo debía emplearse los elementos tridimensionales en un videojuego. Todo ello sin dejar de lado en ningún momento la experiencia de juego y la diversión, algo que siempre ha estado muy arraigada a la filosofía de Nintendo sobre cómo deben diseñarse los videojuegos.
Tal como explicábamos en el eterno viaje de Ocarina of Time, ‘Super Mario 64’ y ‘The Legend of Zelda’ nacieron con el propósito de encontrar una nueva forma de desarrollar videojuegos para la próxima consola de Nintendo. ‘Super Mario 64’ sirvió para probar qué funcionaba y qué no, y ‘The Legend of Zelda’ heredaría todas las virtudes de la aventura del fontanero. Ambos juegos fueron desarrollados por Miyamoto en paralelo.
Realizar un juego en 3D era un auténtico desafío según palabras de Giles Goddard, uno de los desarrolladores del equipo. En una entrevista concedida al medio NGC Magazine comentaba que muchos de los desarrolladores venían sin tener experiencia en juegos tridimensionales. Por aquel entonces Nintendo nunca había hecho un juego en 3D ni sabían lo que estaban haciendo, así que iban probando y realizando pruebas.
Anteriormente Miyamoto ya nos dejó ver su afición por crear experiencias 3D tal como hizo en ‘Star Fox’ para SNES, un logro realmente fascinante. Sabía de sobras que crear una experiencia 3D no era una mera cuestión tecnológica, sino de cómo se empleaba dicha tecnología. ‘Star Fox’ de SNES era un juego 3D haciendo uso de gráficos 2D.

Entonces supo que un juego 3D sin mermar la experiencia de juego era algo completamente viable. Puso en marcha el proceso creativo de desarrollo habitual en Nintendo para sus grandes juegos: partir de una idea y un equipo pequeño con una ampliación progresiva, siempre con la idea original y la experiencia de juego en mente.
La clave en la concepción de ‘Super Mario 64’ se dividía en dos factores bastante relacionados entre sí. Por un lado la movilidad de Mario, que debía servir de guía para ayudar al jugador a sumergirse en el juego y exprimir al máximo sus posibilidades, y por otro lado el mando de Nintendo 64 y su revolucionario stick analógico, un elemento clave y una de las mayores innovaciones vistas en videoconsolas.
Pero ‘Super Mario 64’ se desarrolló al mismo tiempo que Nintendo concebía la propia máquina y sin ninguna referencia sobre cómo podría ser el hardware final. Para ello Miyamoto y su equipo desarrollaban el juego con un potente ordenador que simulaba las posibles especificaciones de Nintendo 64, el SGI Onyx. Su precio oscilaba los 250.000 dólares y el equipo de desarrollo tenían serias dudas de que fuera posible ejecutar el juego que estaban creando en una consola de apenas 250 dólares.
Sin embargo, llegado el primer prototipo de la consola lo pusieron en marcha y vieron que el hardware manejaba con bastante soltura el juego. Inmediatamente se pusieron con la hoja de ruta y ‘Super Mario 64’ empezó a ser una realidad palpable.

Y lo más sorprendente de todo, es que el juego solo usaba el 40% de las capacidades de Nintendo 64.
El valor histórico de Super Mario 64
Nintendo 64 llegó al mundo con enfoque muy claro ensalzando sus virtudes y la nueva era del videojuego en 3D. Por ello no era extraño ver que el propio logo de la consola era una enorme N tridimensional, y el slogan de la máquina una referencia a tecnologías del futuro.

Del mismo modo que ocurrió con Famicom junto a ‘Super Mario Bros.’ y ‘The Legend of Zelda’, ‘Super Mario 64’ y ‘The Legend of Zelda: Ocarina of Time‘ fueron los pilares indestructibles y los principales representantes de Nintendo 64. Pero además de ello se han convertido en los mayores referentes culturales de la historia del videojuego, siendo ambos juegos el punto de partida para muchos noveles (y no tan noveles) desarrolladores en busca de inspiración.
Con la llegada de ‘Super Mario 64’ serían muchos los plataformas 3D que irían surgiendo con el tiempo, juegos como ‘Banjoo Kazooie‘, ‘Spyro‘ y hasta ‘Crash Bandicoot‘, quien en su día fue “la mascota de PlayStation” y con quien Sony intentó ridiculizar a Nintendo.
El legado de ‘Super Mario 64’ perdura hoy en día y no son pocos los elementos y filosofías de desarrollo que introdujo el juego. Desde la concepción de escenarios 3D, hasta los controles y la importancia del equilibrio entre diseño, jugabilidad y diversión.
A lo largo del tiempo los Mario 3D han ido evolucionando en distintas concepciones, pasando por los Mario de mundo abierto como ‘Super Mario Sunshine’ y ‘Super Mario Odyssey’, a las dos magníficas entregas de ‘Super Mario Galaxy’ con diferentes mecánicas.
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