9 tecnologías que iban a cambiar el mundo y acabaron en el olvido
Publicado por: Adrián Ruiz
Son muchas las tecnologías innovadoras y futuristas que nos promete de tanto en tanto la industria, algunas cumplen sus sueños, otras a veces ambicionaban tanto que acababan en una mera anécdota de ciencia ficción. Incluso hemos llegado a ver estafas y promesas que mucho distaban de ofrecer lo que en realidad prometían traernos.
Pero también han habido grandes productos, tecnologías realmente revolucionarias o que generaban grandes expectativas y de verdad estuvieron ahí, llegando a materializarse con la más impresionante innovación tecnológica imaginable, para posteriormente caer abocadas al cajón del olvido y no volver nunca más para si quiera recordarnos su corta existencia.
Y ahí es donde entramos nosotros, con un artículo donde repasamos 9 tecnologías e innovaciones que pudieron ser algo grande, pero que en su camino enfrentaron distinta clase de problemas que hicieron imposible su triunfo. Empecemos.
Google Glass

Las Google Glass de Google eran todo promesas y tecnología futurista pero al final el proyecto se vio abocado al fracaso y no porque la tecnología no lograra cuajar en la sociedad o porque no cumpliera con lo que se proponía: su fracaso se debió a cuestiones relacionadas con privacidad.
Otro problema también lo fue su precio que era excesivamente caro. Aunque claro, hablamos de un proyecto que cuando salió todavía estaba en fase de investigación y desarrollo. Se esperaba que con el tiempo se comercializara a un precio asequible.
Aunque realmente Google Glass no ha muerto. Siguen existiendo bajo el nombre de Google Glass Enterprise y están exclusivamente orientadas a sectores profesionales. Pero muy lejos de lo que realmente esperaba conseguir la compañía con este no tan revolucionario gadget.
Televisores curvos

Ay, los televisores curvos, que horrenda innovación se le ocurrió al sector tecnológico hace unos años. No sé por qué me recuerda un poco al notch.
Los televisores curvos prometían un mejor formato de inmersión para disfrutar de los contenidos multimedia, pero tenían un problema serio: eran extremadamente caros para lo que ofrecían frente a un televisor convencional de iguales o mejores características.
Con el tiempo los fabricantes de televisores se han ido olvidando de este tipo de modelos enfocándose en otros aspectos clave: pantallas sin marcos, HDR, mayores resoluciones y una mejor calidad de imagen.
Aunque las pantallas curvas no han desaparecido del todo y han sabido encontrar su lugar en el sector gaming, pues cada vez son más habituales los monitores de escritorio con formato curvo.
El smartphone modular

Como si de un mismísimo ordenador por piezas se tratara, hubo varios intentos de llevar a la realidad el concepto de un smartphone que te construías tú mismo a base de piezas modulares de quita y pon: desde la cámara hasta la unidad de memoria.
El primero en salir al mercado fue el LG G5 y permitía retirar la parte inferior del teléfono para cambiarla por otra que incluyera mejor cámara, altavoces o puertos.
Aquella idea, aunque bonita, no acabó de encajar del todo. El coste de un teléfono modular era excesivo y también presentaba sus propios problemas, como el hecho de tener que apagar el móvil para poder cambiar las piezas. Con la llegada en masa de los fabricantes chinos y las cientos de opciones a escoger que tenemos hoy en día, los smartphone modulares acabaron siendo una tecnología innecesaria.
Windows Phone

Microsoft siempre ha liderado en sistemas operativos de escritorio pero ante el incipiente auge de Apple y Google en sistemas operativos móviles, los de Windows intentaron meterse también en ese mercado, y fue un grave error para la compañía.
No solo llegaron tarde con su propuesta sino que además lo hicieron todo mal. Entre Android e iOS la cuota de mercado estaba bastante repartida y difícil sería rascar entre usuarios asentados y acostumbrados a los otros sistemas operativos. Windows Phone por su parte no estuvo a la altura de las expectativas, no ofrecía ninguna ventaja atractiva frente a iOS y Android, carecía de opciones como una personalización del sistema, y el poco apoyo por parte de la comunidad de desarrolladores dejaba una tienda de aplicaciones pobre e insuficiente.
En 2017 Microsoft decidió dar cierre al proyecto y centrarse en promover y hacer crecer sus otros servicios como Windows 10, Office y Xbox. En lo que sí acertaron fue con la Microsoft Surface, sus tablets personales que compiten de tú a tú con iPad y vienen equipadas con Windows 10.
Cine en 3D

A ver, ‘Avatar’ realmente lo petó en su momento, no lo voy a negar. Pero ya está, no hay más. El problema con el cine en 3D es que en sus primeros momentos logra ser una tecnología sorprendente pero luego deja de serlo tanto y es cuando nos damos cuenta de lo innecesaria que llega a ser.
Con el (breve) boom del cine en 3D tuvimos otro pequeño boom de televisores 3D junto a los curvos mencionados más arriba. Pero el 3D doméstico ha ido bajando de la misma forma que lo han hecho los televisores curvos, y con ello también lo ha hecho el cine 3D en la gran pantalla: las películas 3D son cada vez menos.
Otro posible factor influyente lo podríamos tener en las plataformas de streaming que poco a poco le van comiendo el terreno a las salas de cine, lugar donde más sentido tiene esta tecnología. A decir verdad el cine en 3D siempre ha sido una tecnología bastante limitada a la hora innovar y ofrecer grandes novedades. Su evolución más lógica la encontramos en la realidad aumentada y la realidad virtual, que tienen su nicho en el mundo de los videojuegos.
Google+

A decir verdad Google Glass no fue el único fracaso de Google, de hecho la compañía tiene unos cuantos a sus espaldas. Uno de los más sonados es sin duda Google+, la abanderada que prometía desbancar a Facebook y darle a Google el dominio absoluto de las redes sociales.
Pero Google+ fue un fracaso sin precedentes. Pese a un uso forzado y casi obligatorio para todo aquel que tuviera un Android la red social se mantenía bastante inactiva y con apenas actividad por parte de su comunidad de usuarios.
Curiosamente y de modo similar a las Google Glass, su sentencia final vino tras varios escándalos de privacidad después de que se divulgara información de 52,2 millones de usuarios por un fallo. Inmediatamente Google decidió cortar por lo sano y anunciar su cierre definitivo.
DNI Electrónico

Probablemente uno de los mayores fracasos tecnológicos de España. Tras una inversión de varios millones destinados a implantar un DNI electrónico entre la población, el DNIe, al final su uso ha sido meramente anecdótico y lleno de problemas.
El primero de todo es el poco uso que se le ha dado. Un informe del 2014 revela que solo el 0,02% de la población ha llegado a usar DNIe para realizar trámites administrativos. Por otro lado el chip que contienen todos los DNI actuales presentan una vulnerabilidad grave conocida como la vulnerabilidad ROCA. Por suerte para todos, muy poca gente los utiliza.
La DGP creó en 2015 el DNIe 3.0, un propuesta para implementar mejoras en el DNIe, como una mejor seguridad y soporte NFC. Aquella idea acabó en el olvido debido a los numerosos problemas a la hora de realizar gestiones con un DNI electrónico, desde obtener el certificado digital hasta su propio uso. En muchos casos, fallaba.
Grafeno
El santo grial, el milagro tecnológico, la gran promesa que parece que siempre viene pero nunca llega. El grafeno estuvo en boca de todos durante bastante tiempo y nos prometía innovaciones y tecnologías de ensueño, como pantallas táctiles ultraflexibles y transparentes, baterías que duran una eternidad, tasas de velocidades nunca antes vistas, o materiales diez veces más duros que el acero.
Y la realidad es que el grafeno como superconductor que es en la teoría realmente es capaz de todo eso. ¿Entonces que ocurre? Pues que su elevado coste de producción no pone las cosas fáciles. El verdadero problema del grafeno es que para cumplir con sus propósitos este debe de ser máxima calidad, y producir grafeno perfecto a gran escala no es una tarea sencilla (ni rentable).
Existen productos que ya están fabricados con grafeno, como colchones y almohadas de viscoeléstico de grafeno para eliminar la estática y adaptarse mejor al cuerpo, o auriculares con grafeno para ser más resistentes y ofrecer mejores frecuencias de sonido. Son solo algunos ejemplos.
En esencia el grafeno sigue presente, pero lejos (muy lejos) de ofrecernos todavía aquello que tanto nos prometieron.
Un clásico: el Betamax

Para concluir no podía faltar un clásico que siempre tendré en mi memoria. Aunque el resto de innovaciones son tecnologías modernas, de la era vanguardista considero el Betamax, más conocido como vídeo Beta, la mayor tecnología que prometía mucho y acabó en el olvido.
Y es que el caso de Betamax es más una historia de injusticias y derrotas que de una promesa incumplida. Sony lanzó Betamax en 1975 y tan solo un año después JVC y Matsushita (Panasonic) lanzaron VHS iniciando una guerra de formatos que marcó un capítulo en la historia. En líneas generales ambos formatos eran similares pero Betamax ofrecía una mayor calidad de imagen y sonido y un sistema de casete más robusto y seguro. VHS por su parte ofrecía mayor duración, pero las diferencias entre ambos se fueron solventando sobre la marcha lanzando nuevas versiones de cada formato.
Las claves del fracaso de Betamax no son del todo claras pero se podrían catalogar en tres: las limitada duración que tenía sus primeras versiones, las regalías de Sony por su uso, y la fragmentación de modelos de Betamax incompatibles entre sí. Mucho se dice que la industria del porno fue un factor clave en el triunfo de VHS, pero lo cierto es que Betamax ya iba dañado desde el principio.
Aunque estaba destinado a ser el estándar de la industria, un título que le arrebató VHS de las manos.
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