Smart Contracts: qué son los contratos inteligenes, cómo funcionan, y para qué sirven
¿Qué nos permiten hacer?

Los contratos inteligentes son muy populares hoy en día, pero, ¿qué son exactamente y para qué sirven? El término fue utilizado por primera vez por Nick Szabo en 1997, mucho antes de que naciera Bitcoin y Blockchain, tecnologías que precedieron a lo que hoy conocemos como “Smart Contracts”.
Szabo es un científico experto en computación, derechos y criptografía. En términos muy simples, su idea tras el concepto de contratos inteligentes habla de un enorme libro que se distribuye por todo el mundo para almacenar contratos. Hoy en día, los contratos inteligentes son como los contratos que conocemos en el mundo trivial, un documento que se firma por dos o más partes.
Con la pequeña diferencia de que son completamente digitales.
Una manera distinta de gestionar el dinero
Los contratos inteligentes en realidad son código digital que se almacena en una cadena de bloques, del mismo modo que Bitcboin se guarda en Blockchain. Para explicarlo de un sencillo recurriremos a un ejemplo muy práctico: Kickstarter.

Kickstarter es una plataforma online que permite recaudar fondos para proyectos independientes, ya sean personales como profesionales. Cualquiera puede ir a Kickstarter, crear un proyecto, establecer un objetivo económico, presentarlo a la comunidad, y comenzar a recaudar dinero de personas que quieran apoyar al proyecto y cumplir su objetivo, a veces a cambio de recompensas exclusivas.
Esencialmente, Kickstarter es un tercero que media entre los creadores de un proyecto y la gente que lo apoya. Esto significa que ambas partes deberán confiarle el dinero a Kickstarter: si el proyecto tiene éxito, Kickstarter paga a los creadores, y si no, los que lo financiaron reciben un reembolso.
Todo este sistema se basa exclusivamente en la confianza, pero con los contratos inteligentes se elimina esa barrera: no hay necesidad de un tercero que gestione el dinero, ni de asegurarse de que se cumpla los objetivos del proyecto.

Con los Smart Contracts podemos programar un contrato inteligente que se encarga de almacenar todos los fondos recaudados hasta que el objetivo de un proyecto sea alcanzado. Cualquiera que quiera financiarlo, solo tiene que transferir su dinero al contrato inteligente: si el proyecto fracasa, el dinero vuelve automáticamente a sus propietarios, y si es un éxito, va destinado al creador del proyecto. Fácil, ¿no?
La verdadera ventaja
Aunque la verdadera ventaja de los contratos inteligentes se encuentra en la cadena de bloques: como estos se almacenan igual que en Blockchain, todo está completamente distribuido. En otras palabras, nadie tiene el control sobre los contratos inteligentes.
Y entonces nos preguntaríamos, ¿son seguros? Principalmente, sí. Como los contratos inteligentes se almacenan en cadena de bloques, estos heredan algunas propiedades interesantes de la tecnología: son inmutables y se distribuyen por todo el mundo. Ser inmutable implica que una vez se crea un contrato nunca puede cambiar de nuevo, es imposible alterarlo. Y al ser distribuido significa que el resultado de su contrato es validado por todos en la red.
Por lo tanto, una sola persona no puede forzar un contrato para liberar sus fondos porque otras personas en la red detectaran ese cambio y lo marcaran como inválido. Manipular contratos inteligentes es casi imposible. Esto es un hecho.
Y cabe señalar que los contratos inteligentes no sirven únicamente para recaudar fondos como Kickstarter: se pueden aplicar a muchas cosas diferentes. Los bancos, por ejemplo, podrían usarlos para emitir préstamos de forma automatizada, y las compañías de seguros para procesar los reclamos. Son solo algunos ejemplos, otra de las posibilidades, y la más sonada, son los NFT, de los que hablaremos en otro momento.
Tal vez ahora te preguntas dónde y cómo puedes usar un contrato inteligente. Actualmente hay muchas cadenas de bloques con soporte para contratos inteligentes, la más popular Ethereum. Precisamente Ethereum fue creado y diseñado específicamente para admitir contratos inteligentes, se pueden programar en un lenguaje de programación especial llamado Solidity, que emplea una sintaxis similar a Javascript.
Vale la pena señalar que Bitcoin también tiene soporte para contratos inteligentes, aunque con limitaciones respecto a Ethereum.
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